LONDRES / Justo en un viernes 13 el sudafricano Kevin Anderson y el estadounidense John Isner protagonizaron un partido infartante cargado de suspenso y con la adrenalina a full. En este contexto Anderson debía de confirmar 1º su gran triunfo ante el nº1 del mundo y el monarca de la Catedral, “Sir Roger no había sido casualidad, en 2º que su gran crecimiento en los últimos meses tenían un porqué.
Este viernes despacho al estadounidense John Isner 9º sembrado, en un partido inolvidable que lo convirtió en la semifinal más larga del torneo. Con parciales de 7/6 (8-6), 6/7, (5-7) 6/7 (9-11), 6/4, 26/24.
Para llegar a esta victoria batallaron por 6hs 35 minutos. Para Anderson será su 2ª final de Grand Slim tras la derrota ante Nadal en el US Open del año pasado. Fue un duelo de sacadores con misiles en su arsenal, en esta batalla el sudafricano logró en el 5º set marcar la diferencia luego de 3 sets decididos en muerte súbita.
Solo el 5º set duró más de 3 horas y los números hablan por sí solos 102 aces entre los 2, 53 para Isner 49 para Anderson. Otra dato curioso es que Isner protagonizó en el 2010 ante Mahut el partido más largo de Wimbledon con 11 horas 5 minutos 23 segundos récord hasta ahora.
Y como decíamos este viernes entre los 2 mantuvieron al público en vilo. Disfrutando y viviendo horas de suspenso y tensión como en una película de terror diga de un viernes 13.
Es verdad que hubo rupturas de saques devueltas enseguida por el rival. Así llegaron a ese 5º set donde los saques mantenían vivos a ambos.
Los “gigantes” se mantenían de pie, hasta que el sudafricano, logro la ruptura, con punto ganado desde el suelo, para quebrar en 0-40 a su rival y a seguir mantener su saque.El sudafricano vive su momento iluminado.
Ahora espera por el ganador de la otra semifinal entre Novak Djokovic que busca su vuelta a los primeros planos y Rafael Nadal nº2 del mundo. El partido lo suspendieron por falta de luz natural cuando el serbio aventajaba al mallorquín por 6/4 3/6, 7/6 (11-9) Mañana sábado saldrá el otro finalista. Por lo pronto “La Catedral” vivió un viernes 13 de ensueño.