NUEVA YORK / Un paso más en busca de su objetivo. Esta noche volvió a ganar. Serena Wiliams superó a su hermana Venus por los 4º de final con parciales de 6/2,1/6,6/2 Así la líder del circuito va por más gloria “Para mí, voy a enfrentarme a la mejor jugadora del torneo, y eso nunca es fácil. Me ha ganado muchas veces, más que nadie. Es una jugadora que sabe cómo ganarme y conoce mis debilidades”. Hace dos días, ante la prensa internacional, Serena Williams mostraba públicamente el respeto tenístico que siente hacia su hermana mayor Venus.
El nuevo capítulo del show de las Williams tenía un halo de viaje al pasado. Una rivalidad que parecía haber caducado resurgió con un partido de consecuencias históricas. Existía una sensación en la atmósfera que anunciaba a Venus como el mayor obstáculo de Serena hacia su cuarto título de Grand Slam del año.
Y no estábamos equivocados. El respeto que la número uno había transmitido por su hermana mayor se reflejaba desde el primer golpeo. Serena se alejaba de sus habituales distracciones en los comienzos de los partidos.
Las hermanas Williams escenificaban la potencia del tenis femenino moderno en su máxima expresión. La pelota volaba a un ritmo vertiginoso en la noche neoyorquina. El saque de Venus provocaba admiración, pero Serena dominaba los intercambios neutrales con una agresividad que sólo dejaba dos errores no forzados durante el primer set. Simplemente, incontestable.
Tras un 1º set donde la menor de las hermanas mando, llego el momento de la mayor. La jerarquía de Venus se plasmaba en el segundo parcial. Su mayor agresividad con la devolución incomodaba a Serena, que perdía precisión y seguridad. Una doble falta de la número uno certificaba el cambio de inercia.
Venus aceleraba, mientras Serena perdía el control en la pista. Una crisis fugaz que ponía en entredicho su cita con la historia. Pero las adversidades nunca han asustado a Serena. Su grandioso palmarés sólo se explica desde el gen ganador que identifica a las elegidas, desde la capacidad de reaccionar hasta alcanzar su propio límite en situaciones de emergencia. Y esta vez no fue la excepción.
Así sucede una vez más. La máquina del primer set vuelve a funcionar y destruye los segundos saques de Venus. Serena la respeta, pero su adicción al éxito es irrefrenable y ésta es su historia. La hermana menor de las Williams duerme esta noche en semifinales, a dos victorias del pleno de Grand Slams en 2015. A partir de hoy, es la heroína indiscutible de su país en este US Open. Una historia viva, tan asombrosa como real. Ella la almohada y la espera tienen una cita impostergable con la historia cada vez más cercana.
Ahora su escollo en semis se llama Roberta Vinci. A sus 32 años, la italiana Roberta Vinci ha conseguido alcanzar por primera vez en su carrera las semifinales de un torneo de Grand Slam. Vinci superó en tres sets a Kristina Mladenovic, 6/3, 5/7 y 6/4. La de Tarento castigó mucho a la francesa a base de pelotas cortadas muy bajas y un partido duro desde el fondo que le hicieron a Mladenovic pedir el fisio en varias ocasiones, sufriendo problemas en su gemelo. Vinci intentara ahora seguir haciendo historia, claro que no le será sencillo, pero soñar no cuesta nada.