MELBOURNE/ Esta noche australiana (tardecita de acá) marcó otro hito en la historia del tenis. Bastó que la 1º pelota surcara el espacio de la cancha central para escribir otro capítulo en el legado del tenis y del Australian Open. Es que el nº1 del mundo arrolló en sets corridos al español Rafael Nadal el “Cid Campeador” del tenis, que esta vez sucumbió ante un Nole de otro planeta. Los números de 6/3 6/2 6/3 son elocuentes, aunque no quizás en toda la dimensión
Algunos polemizaron si es una del as más grandes rivalidades de la historia, aunque la de Federer vs Nadal o el mismo Djokovic marchan a la cabeza, lo que sí es ineludible es que esta del balear y el balcánico es una de las más repetidas de los últimos años con 53.
Por eso la de este domingo no fue una más. Volviendo al partido el balcánico mando desde el inicio, supo acomodar a su gusto todo lo que había en juego, su pasmosa tranquilidad fue como un analgésico a los dolores, como un bálsamo a la incertidumbre. Mando desde el fondo con los intercambios largos, no sufrió con su saque, abrió su manual y como si fuera un pintor le puso colores a la tardecita noche por cierto caliente de Melbourne.
En el 1º parcial Nole se distanció rápido 3-0, a Rafa le costaba tomarle el pulso al match, y cuando empezó a tener mejor diálogo con la pelota, ya era tarde, 6/3 para el serbio. A partir de allí sin que hubiera cambios crecía el fuego balcánico desde su raqueta ante un balear que daba todo pero no le alcanzaba. Ese 2º set marco números un 78% de efectividad de Nole con su saque y 11 winners, ya en el general era un 30-15 de tiros ganadores. Para el 3º set nueva ruptura para Nole y el 3-1 que ya ponía más distancia. Y llegó el final, un nuevo grito del balcánico para revalidar su supremacía iniciada en el 2008, que continúo en el 2011, 12, 13, 15, 16, hasta este 2019.
Con el trofeo en manos sonrisa franca, alegría desenfrenada y su buen humor característico, este serbio de origen, más parecido a un ser de otro planeta, mostró sus documentos de paternidad y dejó en claro que Melbourne es su territorio. Será difícil arrebatarselo.