MOSCU / La noticia aun esperada cayó como una bomba en tiendas de la rubia siberiana. Es que María Sharapova se imaginaba el desenlace pero aun así creía en algún milagro que no llegó.
La ITF dio a conocer el fallo de la sanción de María Sharapova, concluyendo que por 2 años, la tenista rusa no podrá competir. Aunque Misha ha comunicado que recurrirá la sanción, por el documento que la ITF ha hecho público se entiende todo el tiempo que han tomado para determinar el tipo de sanción ya que se han producido varias investigaciones de las que se desprende evasivas, ocultaciones por parte de Sharapova y su equipo, excusas poco creíbles y sinsentidos que dejan a los aficionados con muchas preguntas y pocas respuestas.
Para el que no quiera leerse todas las 33 páginas en inglés de las que consta el documento, pasamos a realizar un resumen de lo más importante, desgranando con todo detalle el caso Sharapova. Y buscando respuestas que el tiempo desvelará o quizás no.
Desde el inicio el informe trata de ser muy elocuente. Con una muestra de orina tomada el pasado 26 de enero que resultó positiva por Meldonium o Mildronate. Sharapova alegó que ella no sabía que ese medicamento había sido añadido a la lista de sustancias prohibidas. Admite cierta parte de culpa pero sostiene que había tomado el medicamento durante más de 10 años.
El documento continúa diciendo que el 18 y 19 de mayo hubo un juicio en Londres donde acudieron María Sharapova, su manager Max Eisenbud, su antiguo preparador físico el doctor Anatoly Skalny y su entrenador Sven Groeneveld. La tenista acudió también con los expertos el doctor Ford Vox y Richard Ings. A partir de aquí, se detalla cómo se originó el tratamiento de Maria.
En el 2005, un año después de ganar Wimbledon, María sufría de frecuentes resfriados, problemas con las amígdalas y dolor de abdomen. Su padre la llevó a la consulta del doctor Skalny en Moscú. El médico, consultando el historial médico de la familia, con problemas de diabetes tipo II y trastornos cardíacos, concluyó que Sharapova sufría de trastornos del metabolismo, insuficiente suministro de nutrientes de la comida y otras anormalidades que requerían estimular su sistema inmunológico. El tratamiento incluía alrededor de 18 medicamentos diferentes, entre los que se encontraba el Meldonium.
El doctor envió desde enero a abril de 2006 diferentes mensajes a Sharapova avisándole de cómo debería tomar los medicamentos. Todos esos mensajes fueron mostrados al juez, de los que se especificaba que debía tomar el Meldonium de la siguiente forma:
Tomas cada dos semanas (antes o durante competición).
30-45 minutos antes de competir debía tomar 2 pastillas de Meldonium.
En partidos de especial importancia, podía incrementar la dosis a 3-4 pastillas (1 hora antes del partido). Sin embargo, debía consultarle a él previamente (por teléfono).
30 minutos antes de una sesión de entreno, 1 cápsula de Meldonium.
El paciente, en este caso, la tenista, mejoró notablemente su salud después de tomar este tratamiento. Se especifica que el doctor Skalny no es cardiólogo y que no le dijo a Sharapova que no tenía ningún problema cardíaco sino que tras estudiar el historial médico de la familia, adoptó la decisión de recetar Meldonium para prevenir cualquier problema.
Luego prosigue el informe se continúa hablando sobre que tanto la tenista como el padre, pidieron al doctor que todos los medicamentos cumplieran con el código de la WADA para sustancias ilegales. Tras consultar con el centro de Moscú, se determinó que ninguno de los 18 medicamentos estaba en la lista prohibida de sustancias de 2006.
La defensa de Sharapova especifica que no se acudió al doctor Skalny buscando aprovecharse de un mejor rendimiento deportivo, intentando dejar claro que sus intenciones fueron puramente por la salud de la rusa.
El fallo de la ITF habla de algo interesante en esta parte del documento. Misha dejó de ser tratada por Skalny a finales de 2012. El doctor obtuvo reportes de la WADA, intentando consultar la lista de sustancias prohibidas en 2010. De esta manera, los dos últimos años que el médico la trató, no consultó ningún informe de la WADA y sólo por contextualizar y situar a la tenista y sus logros, Sharapova pasó un mal 2009 y 2010, con problemas de lesiones que le hicieron no pasar de cuartos en los Grand Slams, sólo una vez en Roland Garros 2009. En 2011 volvió a pisar una final de Grand Slam y en 2012 hizo final en Australia y título en Roland Garros. Cuenta el documento que para ese tiempo, la lista de medicamentos que Skalny le prescribió a Maria había pasado de 18 a 30. “Misha” Sharapova aseguró que decidió prescindir de los servicios de Skalny para acudir a un nutricionista, Nick Harris, ya que pensaba que eran demasiadas pastillas a tomar. Fue la propia tenista la que tomó la decisión de continuar desde entonces con la toma de sólo 3 medicamentos (todos prescritos anteriormente por Skalny), Magnerot, Riboxin y Meldonium. El Magnerot es un suplemento de minerales que contiene magnesio, el Riboxin contiene inosina, un componente natural con beneficios anti-isquémicos y el Meldonium todos los conocemos ya. Se especifica que esta decisión la tomó Sharapova por su cuenta, sin consultar a ningún médico. Preguntada por qué no acudió a ningún doctor para consultar esta decisión, alegó Sharapova que no necesitaba ningún médico para cuidar de su salud. Maria no informó a su nutricionista que estaba tomando esos 3 medicamentos.
Aquí se abren interrogantes, porque antes médicos si y ahora no. Desde 2013, no hay evidencias de que Sharapova haya consultado a ningún médico sobre seguir continuando con el Meldonium. La tenista solamente acudió a su doctor de familia en California desde el 2012 al 2015 para cuando la rusa estuvo enferma. También acudió a los doctores de la WTA cuando requirió tratamiento de lesiones durante la competición. En 2015 se sometió a Rayos X y a electrocardiogramas por diferentes especialistas. Ninguno de ellos fue informado de que tomaba Meldonium. Ella comentó que ninguno le preguntó qué medicación tomaba. ¿Otro silencio proposital o mera distracción?
Un sólo médico, el doctor Sergei Yasnitsky, doctor del equipo ruso Olímpico, supo que Sharapova tomaba Meldonium porque durante uno de sus consultas le preguntó qué medicamentos tomaba. Ella le respondió que esa sustancia y el doctor se limitó a contestar únicamente «OK».
María cuenta que alteró los tiempos de toma del Meldonium, según consejo del doctor Skalny y mencionados anteriormente. María tomaba dos pastillas cada día que tenía partido y no 30-45 minutos antes del encuentro. Decía que eso no le sentaba bien.
Otro de los puntos aclara que sólo el padre de la tenista y el agente, desde 2013, sabían que ella tomaba este medicamento. Ni su propio entrenador sabía de la existencia de este medicamento. Aunque sí existía constancia de que ella lo tomaba desde 2006 hasta 2010 en los documentos antidoping que ella realizaba, no hay evidencias desde ese año hasta 2016 de que seguía tomándolo. Es decir, para la agencia antidoping, ella no lo tomaba aunque en las muestras de orina de 2015, Sharapova había dado positivo por Meldonium, sin ser sustancia prohibida todavía. Esto sin duda alguna también llama la atención. ¿Qué llevó a la ITF a declararla sustancia prohibida?
Aquí se abre un nuevo capítulo. ITF aclara que el 22 de diciembre envió un email a todos los jugadores, incluyendo al agente Alex Schilling, asistente de Eisenbud, manager de la tenista. En ese email se detallaba que el Meldonium entraba dentro de la lista de sustancias prohibidas para 2016. Sharapova denuncia que la podrían haber avisado personalmente, sabiendo que en 2015 ella dio positivo por esta sustancia. La ITF se defiende diciendo que los resultados de los tests de 2015 no les llegaron hasta marzo de este año. Imposible que lo supieran en el pasado mes de diciembre. Cara y cruz de desencuentros.
Algo interesante que dice el fallo es que de las pruebas de 2015, sólo en un 1% de ellas se dio positivo por Meldonium. Es decir, de las 24 en total, 5 provenían de Sharapova. El resto, de otros tenistas sin que se dé nombres.
Por eso la ITF expone que los cargos contra la tenista se han tomado debido a que Sharapova ocultó información durante los dos últimos años que se hizo controles antidoping, donde nunca dijo que tomaba Meldonium. Ella se defiende diciendo que no tenía ni idea que tenía que especificar todos y cada uno de los medicamentos que tomaba y que de haber sido así, «la lista hubiera sido muy larga», palabras textuales.
Sharapova afirma que durante la competición tomaba Vitamina C, Omega 3, Biofenaco y Voltaren (anti-inflamatorios), Veramyst (un spray nasal) y Melatonina. En los controles antidoping que realizó durante los pasados dos años, sólo especificó dos de estos medicamentos. La ITF comenta que no hubiera sido tan larga la lista si hubiera añadido también el Meldonium. El tribunal declara que la decisión de la tenista de tomar Meldonium por su propia cuenta es algo deliberado por su parte, no por error. Que no lo haya dicho ni a su propio entrenador, ni lo haya especificado a nadie más significa que «era una decisión deliberada para ocultarlo a las autoridades anti-doping».
Aquí entra a jugar otros factores. En este contexto es que surgen las excusas y los argumentos difíciles de creer. Sharapova afirma que no sabía de qué el Meldonium mejoraba el rendimiento deportivo. No ha podido entregar ninguna de las muestras que ella tomaba ya que «fueron destruidas antes de marzo». Tampoco puede entregar fotos de la caja ni identificar el proveedor de la medicación que su propio padre recogía de Rusia, sin explicaciones del por qué.
La culpa de que no leyera el email la asume Eisenbud, su manager. Las razones por las que no lo vio, son cuanto menos curiosas. Explica Max que en noviembre de 2013 y 2014, él imprimió una lista de los medicamentos prohibidos que se llevó con él al Caribe, donde se tomaba sus vacaciones, para poder analizarlos bien. Este pasado 2015, Eisenbud se separó de su mujer y no se fue al Caribe como solía y debido a estos problemas personales no comprobó la lista como cada año.
En definitiva, el jurado califica los argumentos de la tenista y su equipo como «totalmente increíbles». Consideran que un manager de la categoría de Eisenbud, de la compañía IMG, debería saber todo este procedimiento y califica de «inepto» el hecho de que no consultará la lista porque no se fue al Caribe como de costumbre. No entienden que durante tanto tiempo ocultará a las distintas partes que tomaba Meldonium y que ella misma decidiera tomarlo por su cuenta, alterando las tomas que el doctor Skalny le había aconsejado y decidiendo ella misma la cantidad y cuándo debía tomarlo. Esto, a su juicio, les hace llegar a la conclusión de que Sharapova tomó Meldonium para mejorar su rendimiento deportivo, aunque no de forma intencionada por el artículo 10.2.3 de la ley antidoping y de ahí la sanción de 2 años y no de 4, como hubiera sido si fuera intencionado. ¿Raro no? Se argumenta que ella lo tomo para mejorar su rendimiento, pero no con intención. ¿En donde se puede vislumbrar la intención? Que consideran que de haber consultado a las personas adecuadas, hubiera sabido que el Meldonium estaba prohibido desde el 1 de enero de 2016, por lo que «ella sola es la culpable de su desgracia», sentencia el fallo. Entre descargos de la siberiana y los argumentos de la ITF un tanto vagos, al afirmar que ella sabía que tomaba pero no pueden argumentar que lo hizo a propósito, las dudas aumentan en el mar de las incertezas.
Quizás para intentar entender mejor, según la ITF lo que ha salvado a Sharapova de ser sancionada 4 años (el máximo posible) es que alegó que no sabía que estaba en la lista prohibida, de ahí el «no intencionado». Las excusas de ella y su manager, aunque poco creíbles, constituyen razones suficientes como para salvar ese «intencional». Pero se concluye que existe acto de negligencia por su parte de tomar un medicamento sin consultar a ningún médico, con el riesgo que eso constituye.
De todas maneras ante esta novela que tiene a diva rusa como “vedette”, transita por una serie de interrogantes dignas de una trama de suspenso. Mientras tanto una vez conocido todo el caso y los argumentos dados por Sharapova y su equipo, de un lado y la ITF del otro, queda abierta una puerta a la opinión pública el derecho de creerle a la tenista y su entorno o no.
Por lo pronto “La Belle de Jours” ya ha dejado muy claro que apelara la sentencia. Mientras esperamos un nuevo capítulo esta crónica anunciada de suspensión se parece mucho a aquella película “Mi pasado me condena”. En el medio una belleza siberiana grita su inocencia.