LONDRES / La final era esperada con mucha expectativa, sobremanera porque el suizo había superado en el round robin. al nª 1 del mundo y cortado una racha invicta del serbio En ese contexto la gran pregunta era luego de una gran semana de su majestad, y una del serbio con momentos de incertidumbre, si Roger volvería a cantar victoria o de lo contrario el balcánico cerraría un gran año con otro diploma.
Esta llegó este domingo, Novak Djokovic se coronó por cuarta temporada consecutiva campeón de las ATP World Tour Finals tras superar en la final a Roger Federer por 6/3 y 6/4 convirtiéndose así en el primer tenista de la historia en abrazar cuatro entorchados como maestro al hilo. El de Belgrado fue más determinante en los momentos clave y cerró un año inolvidable con su 11ª título, a la vez que igualaba la rivalidad personal ante el suizo (22-22). Con 82 victorias y solo 6 derrotas, el balcánico eligió la mejor forma para despedir el año realizando lo que mejor ha hecho a lo largo de estos once meses: ganar.
La consigna para llevarse el partido era muy clara, quien mejor aprovechó sus oportunidades acabaría con la copa bajo el brazo. Y así fue. Los primeros juegos fueron bastante irregulares, con bolas de break para cada uno, una señal de la igualdad que existe ahora mismo cada vez que estos dos se juntan. Sin embargo, iba a darse una gran diferencia: Novak capturaría la ruptura y Roger la dejaría pasar. Puede parecer una distancia mínima, pero suficiente para apuntarse a su favor el primer set 6-3 de la última final de la temporada.
Las cuenta del suizo no salían: el doble de errores no forzados que winners Los intercambios desde el fondo de la pista era lo más habitual aunque el de Basilea, en cuanto podía, acelerar para caerse sobre la red y cerrar el punto donde más le gusta. En ocasiones, pagó por exceso de precipitación. Novak, en cambio, intentaba regalar los mínimos rallys posibles y cansar a su rival a base de un revés casi perfecto y un servicio que, desde la llegada de Becker, se ha convertido en una de sus principales armas.
No estaba siendo un partido bonito, pese a todo el talento que se halla en esa Wilson y en esa Head. De esos intrumentos no salian los mejores acordes dignos de una noche de gala.Uno intentaba lucir su mejor versión pero se veía bloqueado debido a que el otro luchaba con todo su empeño para desactivarla. Totalmente lícitas ambas estrategias. En el 2ª set los contadores se pusieron de nuevo a cero y los dos maestros repitieron la escena, esta vez sin tantos nervios. Hasta que claro, llega el 4-3 y el miedo a marcharse por la puerta atrás se coló en el 02 Arena e hizo mella en los protagonistas. Primero en Federer, cuando le tendió a su rival un 0-40 para romperle y servir a continuación por la gloria. Y después a Djokovic, incapaz de solventar ni una sola de ellas a su favor. Raro era verlos tan vulnerables, pero más raro todavía era verles así de indefensos.
Finalmente, el éxito sólo podía casarse con uno, y con 5-4 y el suizo devolviendo , la situación superó al de Basilea que veía cómo por 5ª vez esta temporada, Novak le privaba de un título profesional. Aquel significada el punto final a un año único. Un año donde Djokovic logra el récord de títulos (11), de victorias (82) y menor número de derrotas (6). En esa retrospectiva tan excelsa era justicia que el número uno del mundo cerrará esta historia con letras de oro, levantando su título número 59 como profesional.
Este quinto trofeo como maestro sitúa a Djokovic a la altura de Ivan Lendl y Pete Sampras, a solamente uno de su oponente de esta tarde, Dieciséis torneos disputados, 15 finales y 11 títulos. Este es el mejor resumen de un 2015 que siempre será recordado como el mejor año de un tenista en el circuito. Ese hombre es Novak. El mismo que ha derrotado 31 veces en 11 meses a miembros del top-10 o el mismo que ha conseguido equilibrar los choques frente a dos de las mayores bestias del vestuario masculino: Roger Federer y Rafa Nadal. El serbio ha hecho historia y solamente el descanso hará que deje de salir cada domingo en nuestras pantallas sonriendo y con una corona en la mano. Un tenista que llegó a dejar atrás como si fuera un mero trámite a los miembros selectos del Top 10 , ese mismo ser de otro mundo un extraterrestre que era demasiado para los terráqueos . Por todo eso y algunas cosas más es que nadie más que el merecía este cierre de año a todas luces. Esas mismas luces que bajaron del espacio y encandilaron a sus rivales. Este domingo el fuego balcánico se reavivó otra vez.