NUEVA YORK / Seguramente no será un viernes más, y claro como seria eso posible si hoy la ciudad de la gran manzana fue sacudida por un gran terremoto italiano. Es que hoy las italianas brillaron y lograron victorias épicas. Al punto que entraron en la historia grande, aun sin ser campeonas. Esto se verá el sábado, ya que en la gran final, una italiana gritara campeona. Y lo que son las casualidades, en el aniversario del atentado a las Torres Gemelas, un 11 de Septiembre del 2001, 14 años después 2 italianas derriban sendas torres, una estadounidense y la otra rumana. Claro que aquí sin aviones ni muertes, los misiles fueron raquetazos y mucho corazón. Roberta “Vini Vi Venci”, luego tarantella de `Pennetta.
Y empecemos por el inicio. En un duelo más desigualado de lo previsto, la consistencia y la determinación de Flavia Pennetta sobre la Arthur Ashe derribaron a una más que apagada Simona Halep. En apenas 59 minutos, la jugadora italiana logró imponer su ritmo y una profundidad a la postre determinante en sus tiros. Su limpieza en los golpes y la clarividencia para dirigir su plan desde ambos lados marcó una diferencia que Halep nunca pudo igualar.
La rumana entró con el pie izquierdo y no supo reconducir unas sensaciones que fueron muy negativas de principio a fin. La tensión de saberse favorita, unido al desgaste que sufrió en el cuarto de final más comprometido de los cuatro ante Vika Azarenka, precipitaron cada último golpe de Simona. En los primeros 5 y 6 juegos de partido, en cada tiro definitivo con el que pasaba al ataque o cerraba el punto, Halep erró, derivando en una actitud negativa y una falta de confianza evidente. Sus movimientos lo acusaron, entregando la pista a lo largo y a lo ancho. Pennetta en contracara creció.
La italiana, a quien Halep arrancó en el partido cargando con su derecha, mostró una notable serenidad, sin altibajos y con una muy buena continuidad en todo lo que hacía sobre la cancha. Tanto en consistencia, ritmo alto como en el tiro ganador, Pennetta se mostró brillante. Muy concentrada y no dejando entrar a Halep en posibles tramos de remontada, el partido se tornó en un monólogo en el primer set.
En el 2º Halep reaccionó. Quizás por la inercia de perder el primer set, o porque tenis tiene, igual la alegría le duró demasiado poco. Tras el 1-3, Pennetta recuperó la ruptura enseguida y no dejó escapar ni un juego más. Las piernas de la rumana dimitieron, y con ello, sus posibilidades. Flavia seguía conectando buenos servicios y una fiabilidad desde el fondo de una digna finalista.
Así, luchará por su primer Grand Slam, en principio, mañana sábado, donde espera por su compatriota Roberta Vinci. La temporada 2015 cerrará con otra finalista debutante. Safarova en Roland Garros y Garbiñe Muguruza en Wimbledon alcanzaron su primera presencia en la última ronda de un Major. . Su rival fue Serena y terminó con el sueño de ambas. Hoy la nº1 del mundo no está. Pennetta, si Vinci no lo impide, tratará de pasar a la historia. La tenista de Brindisi a los 33 años vive un momento soñado.
UNA GUERRERA “QUE VINE VI Y VINCI”
Si ya a 1ª hora hubo sorpresa, entonces en el 2º turno el batacazo fue mayor. Roberta Vinci pasará a la historia como la jugadora que privó a Serena Williams de lograr el Gran Slam anual. En un partido marcado por la diferente situación con la que cada jugadora afrontaba la semifinal, la italiana, de 32 años, y sin títulos individuales en su haber, creyó siempre en sus posibilidades a pesar de perder el primer set. Interpretó con suma tranquilidad la precipitación y tesitura en la que se encontraba Williams, para dominar los 2 últimos sets desde su variedad al servicio y sus posibilidades técnicas con drops cortados, en media cancha “El Mejor partido de mi vida” No era necesario que lo admitiera, pero una radiante y emocionada Roberta Vinci cerró el partido con un golpe de mano y toque en la red, propio de su tenis de doblista y experta en situaciones del estilo. Ubicada en el puesto 43, pero con enorme experiencia en semifinales y finales de Grand Slam en la disciplina de dobles, la transalpina edificó su triunfo en saber interpretar el partido y no dar nada por perdido.
18-1 era el récord que Williams manejaba en 2015 tras perder el primer set. Abonada al drama de las remontadas, la número 1 acusó la tremenda presión de todo el planeta tenis y no supo reconducir una situación que poco a poco fue rodeándola de nerviosismo y pesadez. Ya desde el inicio mostró una lentitud e inactividad en sus piernas que no tuvo reacción. A la menor de las Williams se le apagó la luz. Se quedó petrificada en la Arthur Ashe.
El encuentro comenzó con Williams enterrada en el barro. Sus pies no querían estar a una altura de la competición donde los nervios suelen provocar bloqueos similares. Serena aceptó que flexionar y reaccionar era imposible, por lo que pasó a remontar el break en contra con el primer servicio y aceleración de brazo. Sin sensaciones extremadamente esperanzadoras, Williams cercenó el 1º set con un parcial de 5 juegos a 0, 16 golpes ganadores y 8 errores no forzados.
A partir de ahí, los braceos por intentar llegar a la orilla fueron alejándola del objetivo. Ni sus habituales alaridos ni sus dramáticas reacciones lograron devolver actividad y ritmo a su movilidad. Fue allí que apareció Roberta para comenzar a aprovechar el margen de ganancia que el choque podía otorgarle. Fue variando con su saque, su revés cortado, sus dejadas y su espíritu de lucha. La defensa de Vinci lució como nunca y dejó a Williams al borde del colapso, entre error y error. La Arthur Ashe no creía en el desenlace que se sobrevenía.
Con 3-3 en el set decisivo Serena duda entre atacar o esperar por miedo al fallo. Vinci quiebra y respira. Sostiene su servicio después de salvar 2 breaks points que Serena desbarata. La número uno aguanta al servicio y devuelve para seguir viva en el encuentro. Cambia su táctica y se va para adelante. Es tal la presión de jugar desde el fondo, donde Vinci muestra una enorme seguridad en sus decisiones, que Serena se ve obligada a subir buscando el winner y a cerrar a la red. Dos errores alevosos dejan un 40-0 definitivo. El batacazo es realidad. Roberta Vinci completará una final italiana en Nueva York. Y la historia dirá que el Grand Slam seguirá en manos de Steffi Graf. Nueva York es italiana.
