NUEVA YORK / Valió la pena esperar a estas instancias para un partidazo, entre 2 grandes jugadores, de un lado el escocés volador y nº 2 del mundo, el que todos daban como favorito para llegar a la final y hasta vencer al serbio. Pero la jornada de este miércoles tenis reservada sorpresas o por lo menos emociones a granel.
Es que en un partido largo emocionante de alto vuelo Nishikori derrotó a Murray por 1/6, 6/4,4/6,6/1 y 7/5 Gran inicio del escocés, que se quedó con el 1º set. Dominador absoluto. Pero vendría la reacción del japonés. En este contexto Kei Nishikori fue de menos a más, tejiendo una trampa en la que Andy Murray acabó atrapado. Es que fue transformando destellos intermitentes con el brillo de la regularidad, única vía posible para superar a un jugador como Andy Murray que atravesaba una racha de 26 victorias en sus últimos 27 partidos. Entonces desde atrás remando el japonés remontó en casi 4 horas, más precisamente en 3h y 57 minutos.
El escocés, anclado en el fondo de la pista (sólo subió 1 vez red en el set de apertura), basó su éxito al adjudicarse el 55% de los puntos que puso en juego Nishikori y concretar 2 de 5 opciones de break. Un escaso 20% con el segundo saque del nipón explicó el dominio del de Dunblane. Así se fue el 1º parcial.
Pero algo inesperado sucedería una invitada de sorpresa. La lluvia. El 2º favorito controlaba el partido hasta que la lluvia apareció para detener el partido durante un breve descanso con 1/6, 2-1 (40-30). El cielo neoyorquino acabó descargando su amenaza 15 minutos más tarde. A las 2:58 pm con 1/6, 3-3 (40-40) los jugadores se marcharon a vestuarios, para regresar a las 3:20 pm cuando el techo de la Arthur Ashe protegía ya la pista. Esto jugaría a favor del nipón.
La detención favoreció al japonés, mucho más centrado y acertado en la reanudación. El 6º cabeza de serie elevó su acierto con el servicio 18/26 (69,2%) y encontró su revés para finalizar el segundo set con 11 winners Nishikori encadenó 3 juegos seguidos para igualar el encuentro 6/4.
Arrancó el 3º set con vaivenes Hubo intercambio de quiebres (1-1), el asiático parecía sentirse cada vez más cómodo sobre la central de Flushing Meadows, dos errores con doble falta y revés le recordaron que los detalles pueden inclinar un partido ante jugadores como Murray. En 7º juego, el británico logró la ruptura para el 4-3
De inmediato, Nishikori levantó un 40-0 para devolver el break (4-4). Era el momento de las devoluciones, de las defensas desde el fondo. Y en ese terreno Murray se siente más cómodo que nadie. Así llegó otra respuesta en forma de quiebre que ya sería definitivo para cerrar el3º parcial de su lado 6/4
Fue a partir de allí que el japonés entendió lo que tenía que hacer. Y desde allí asomó su mejor juego. Con consistencia. Además le agrego algo fundamental, es que a los chispazos y genialidades de los sets anteriores le sumó la regularidad necesaria para arrasar a su rival. Nishikori devolvió el 6/1 inicial para forzar el 5º set Gracias a un 91% de puntos con su primer servicio y una suma de 9 winners. El nipón crecía.
La sangría del japonés se agrandó durante 7 juegos consecutivos. El discípulo de Michael Chang y Dante Bottini, agresivo desde la línea, despegó 2-0 apenas iniciado el set decisivo. Para entonces sobre la Arthur Ashe reinaba el caos. La creatividad y la fantasía se imponían al orden y la táctica. Un break tras otro.
Así, Murray recuperó la desventaja 2-2, para luego ceder dos juegos más que permitieron a Nishikori alejarse de nuevo 4-2. Como si de un guión milimétrico se tratase, la historia se repitió. Idéntica. El de Dunblane volvió a sumar 2 juegos para igualar 4-4, mientras el público enloquecía. La adrenalina se adueñaba Aunque también el nipón movía su pierna derecha como señal de cansancio Estando 4-3 arriba y sacando para ponerse 5-3 y saque Kei era una volea sobre la red, del 40-30 al 40-40, Enseguida Murray logra el break y 4-4 Pero el nipón le devuelve la ruptura y se pone 6-5. Allí sí con su saque no perdono, ganó el 72% con el 1º servicio y acumulo 48 winners.
El final del partido lo encontró exultante, había cortado una racha del escocés volador de meses. El japonés mostraba que “el sol naciente” era el dueño de la tarde.
WAWRIKA FUE MÁS Y ELIMINÓ A DEL POTRO EN LOS 4º DE FINAL
Era el partido esperado y cumplió con las expectativas por momentos, quizás las ganas no alcanzaron. Es que el suizo Stanislas Wawrinka superó en 4 sets al argentino Juan Martín del Potro cerrando la jornada de los 4º de final del US OPEN. Del Potro ubicado en el puesto 142º y que seguramente escara muchos lugares sucumbió por 7/6 (7-5) 4/6 6/3 y 6/2. En un partido que arrancó el miércoles y terminó en la madrugada del jueves. Un inicio promisorio del tandilense basado en su saque y en esa derecha que es su marca, lo colocaron 3-1.Pero a partir de allí emparejo Stan que llevó a la definición en la muerte súbita. Y esta vez no pudo Delpo que quedó rápidamente 1-4 hasta caer por 7-5. Para el 2º parcial mucha paridad, hasta que el tandilense logró la ruptura necesaria para quedarse con el set 6/4.
Mientras el público lotaba las dependencias la figura del gran Guillermo Vilas con su señora en 1º fila alentando, se destacaba. En el 3º parcial el suizo puso su mejor repertorio, buenos saques y un revés mortal, del otro lado Delpo sin poder conectar aces y su “Martillo de Thor” tenía respuestas en el revés exquisito de Stan. Una ruptura que terminó tirando la estantería.
Y la esperada reacción en el 4º no llego es más, nueva ruptura corrió el telón para un recital del suizo Wawrinka se paseaba. Sin duda era la noche de Stan que dio cátedra con su amplio repertorio ante un Del Potro que nunca bajó los brazos y recibió momentos antes de que el suizo sacara para partido una ovación de todas las tribunas que lo hicieron lagrimear premio justo a su esfuerzo. Wawrinka mostró regularidad y el tandilense que está de vuelta aun faltando ritmo de juego. Pero su tenis está allí
A Wawrinka lo espera el japonés Nishikori. Mientras las luces se iban apagando, la madrugada del jueves despidió a Del Potro con una ovación y mostrándole que no estaba solo en la madrugada.
