El tenista de 18 años de gran presente y de un futuro auspicioso, oriundo de la ciudad balnearia bonaerense, es el actual N° 10 en juniors y 1002 de ranking ATP. Por descendencia italiana comenzó a representar a dicho país y actualmente hace base en la ciudad de Arezzo.
¿Cómo fueron tus comienzos en el tenis en tu ciudad natal?
Si arranqué de muy chiquito a jugar. Más que nada porque mi papá fue jugador de tenis y la verdad que es bastante difícil ser tenista profesional en Villa Gesell, ya que es un ciudad muy chica y no hay mucho tenis digamos pero estoy muy contento de tener un padre así y por eso pienso que salí adelante y elegí el tenis.
¿Cuándo consideraste seriamente lo de ser tenista?
A los 7 u 8 años me lo empecé a tomar más en serio porque jugaba muy bien de chico y como veía que era dotado para el tenis, entonces nos fuimos para Buenos Aires. Allí iba a la escuela y entrenaba en el Club Harrods Gath & Chaves en el barrio de Belgrano. Y tuve que sacrificar muchas cosas, salir de mi ciudad, mudarnos a la Capital Federal con toda mi familia y ahí de a poco comencé a jugar.
¿Cómo surgió la oportunidad de representar y jugar para Italia?
La oportunidad se dio porque mi papá fue un ex tenista quien de joven también estuvo por Italia dando clases y jugando torneos. Como se hacía compleja mi carrera con el presupuesto que implican los torneos y con la poca competencia por Sudamérica, me era costoso representar y jugar para Argentina debido a que los gastos eran mayores. Italia en su momento me pudo ayudar con algunas invitaciones a torneos y cubrir ciertos costos de viajes pero eso fue durante mi etapa juvenil, veremos qué pasará en profesionales, aunque todavía no estoy completamente seguro de jugar o no para Italia. De todas maneras, estoy en búsqueda de sponsors, de alguna ayuda económica para los gastos de los viajes porque se nos está haciendo dificultoso a mi familia y a mí, es lo que estoy necesitando para seguir evolucionado en mi carrera.
¿Por dónde percibís que pasa el salto de juniors a futures y challengers? ¿Cómo manejas esos cambios?
El salto de juniors a futures y challengers es muy grande. Yo creo que requiere de un par de años de torneos, de físico, de también que tu cuerpo crezca de a poco porque es escaso el número de jugadores jóvenes metidos. Sí depende mucha de la cabeza, de ser siempre constante y de estar metido, entrenándose mucho y ser persistente con todo, cuidarse en las comidas, no hacer salidas, estar siempre durmiendo temprano y entrenándose bien al 100 por ciento.
¿Cómo viviste estos últimos meses del 2020 donde participaste en torneos de distintas categorías?
La verdad que esto de jugar la clasificación del Master 1000 de Roma, perder en el tercer set con un jugador como Joao Sousa quien estuvo ranqueado 28 del mundo, ganando torneos ATP 250, actualmente N° 90 y lograr sacarle un set. Sinceramente me quedé sin físico, como bien te decía eso también es un factor para hacer el salto y jugar a estos niveles, físicamente me quedé mucho y él estaba más adelantado que yo, pero al tener el tenis para enfrentar a rivales de esta categoría es muy importante. Saqué muchas experiencias de todos los jugadores, de cómo se entrenan, de observar lo que hacen, de estar ahí viéndolos trabajar en un gimnasio, durante un partido, lo que comen, cómo se preparan, son todas vivencias nuevas.
¿Cómo fue la experiencia de ser sparring en el Masters de los mejores ocho del mundo?
Las prácticas con los mejores ocho fue un experiencia increíble porque la verdad que lo que veníamos haciendo con mi equipo de trabajo y mi papá era muy bueno, similar a las actividades que hacen ellos solo que a alta intensidad y claramente que son extraterrestres como jugadores. Ellos me llamaban para entrenar; tuve la ocasión de hablar un rato con Novak Djokovic en italiano, me preguntó dónde vivía, cuántos años tenía y si estaba listo para jugar. Normalmente un entrenamiento duraba una hora y media y antes del torneo eran prácticas largas. A medida que se acercaba la competencia los entrenamientos eran de entrada en calor nada más.
¿Qué podes contarme sobre el auge de un grupo de jóvenes tenistas italianos que salió en este último tiempo?
Italia también tiene muchos jugadores talentosos y la mayoría de ellos entrena con su grupo personalizado, la federación los ayuda y junta a sus entrenadores. He tenido la oportunidad de entrenarme junto a Lorenzo Musetti (N° 128) porque lo conozco, también practiqué con Matteo Berrettini (N° 10), conozco a todos los jugadores, con Jannik Sinner (N° 37) no tuve la chance pero opino que la mayoría salen en parte por el trabajo aportado de sus entrenadores.
¿Qué rasgos precisas para competir a un alto nivel y para mantenerte?
Obviamente estar siempre de cabeza, no irte del momento. También creo que la clave para estar ahí arriba es mantenerse bien físicamente, tratar de jugar bien en la mayor cantidad de semanas posibles.
¿Cuáles son tu objetivos para el 2021, qué tipo de jugador sos y quién es tu coach?
Tratar de meterme entre los 400 ATP y entrar en los challengers para poder empezar a competir en ese nivel de circuito.
Me considero un jugador agresivo que intento imponer mi juego con la derecha y con algunos buenos saques. Tengo mucho para mejorar física y mentalmente, y en algunos aspectos técnicos.
Mi entrenador es mi papá, Gino Darderi, siempre lo fue y la verdad que me siento muy bien, lo cual es una gran ventaja para mí tenerlo como coach porque me ayuda un montón y lo que me da para ganar.
¿Qué recuerdo tenes de tu paso por Uruguay para disputar algún torneo?
Tengo recuerdos muy lindos, pasando desde el barco de Argentina a Uruguay para jugar unos de mis primeros torneos ITF grado 2 en 2018. Me fue muy bien, hice cuartos de final en singles. Fue un lindo torneo, una ciudad muy bonita y la gente nos ha tratado muy bien. A Pablo Cuevas lo he viste en algún que otro torneo pero nunca tuve la posibilidad de entrenar ni hablar con él.