Lagrimas de Del Potro en la despedida

Del Potro cuelga la vincha en la red
Del Potro cuelga la vincha en la red

Poco importó el resultado. En la noche del martes en el Argentina Open, no había puntos de ranking que defender. La figura de Juan Martín del Potro acaparó todas las miradas, fue el objetivo de todos los celulares y llenó de emoción a cada una de las personas que colmaron el Court Central Guillermo Vilas, del Buenos Aires Lawn Tennis Club, donde la Torre de Tandil cayó ante su amigo Federico Delbonis por 6-1 y 6-3, en la noche que, como describió el tenista hace apenas unos días, fue “más una despedida que una vuelta”.

Adentro de la cancha, destellos de su tenis fabuloso fueron suficientes para que el público se entusiasmara con la ilusión de un triunfo que se mostró lejano, pero que apenas fue parte de la anécdota. Si, incluso, Delbonis confesó: “Hasta yo quería que Juan Martín ganara”.

Pero no fue así. Esta vez no fue un derechazo fulminante o un saque demoledor lo que erizó la piel de todos. Antes, incluso, de que el partido terminara, las lágrimas vencieron la resistencia de un Del Potro que estiró como pudo las acciones, hasta llegar al desahogo final.

Allí, la gente estalló en una emoción conjunta que se hizo una y se fundió con la de Del Potro. Delbonis cedió el lugar de protagonismo que suele dar el triunfo y hasta apuró su camino al vestuario tras dejar algunas palabras para la televisión. Después… después fue todo de Juan Martín del Potro, de su llanto incontenible, de sus frases acongojadas en la entrevista televisiva que se escuchó en todo el estadio, de la vincha en la red despedida con un beso y del abrazo conmovedor con su madre, antes de transitar una última vez el camino hacia el vestuario.

Juan Martin del Potro