BEIJING / En la pista emociones adrenalina a full en las tribunas una lucha contra un enemigo silencioso que ataca sin mostrarse.
Entonces las mascarillas, bien sean las típicas que se llevan en un Hospital o más preparadas con filtros, ésta es la prenda más usada por los chinos en los últimos tiempos ante la densa polución que cubre la ciudad de Beijing (Pekín). Con niveles de contaminación superiores a 300 micro gramos por metro cúbico de aire, se llega a una alerta extrema de peligro para la salud, agravado sobre todo si se hace ejercicio físico al aire libre. Debatimos sobre si se debería suspender el torneo o cambiarlo de sede hasta que los niveles de polución bajen considerablemente.
El aire se compone de nitrógeno y oxígeno (en un 80-20) y un muy pequeño porcentaje de vapor de agua y dióxido de carbono. Cuando el aire se contamina, a esta composición se añaden sustancias como gases, polvos, olores y malos humos que perjudican gravemente la salud de las personas, animales y plantas. En los últimos años, las muertes por polución en China se están disparando y es que esta densa niebla de contaminación obstruye los pulmones y causa enfermedades cardíacas y apoplejías.
Hace un par de semanas nos enterábamos de la noticia de que siete personas sufrían un infarto durante la maratón de Beijing, de los cuales seis eran corredores y uno un miembro de la organización. El ejercicio físico al aire libre se desaconseja por completo cuando los niveles de contaminación son tan altos pero este tipo de competiciones deportivas se siguen disputando en la ciudad. Durante la maratón, los niveles de polución eran de 175 puntos (condición de insalubre), pero es que estos días, en los que se están disputando los torneos WTA y ATP los niveles superan los 300 puntos llegando a considerarse muy arriesgado el respirar este aire. En el área del Beijing Olympic Green Tennis Center, donde se disputa el torneo ATP, se llega incluso a los 392 puntos. Para que tengamos una idea, 900 son los puntos que se llegan a alcanzar cuando se produce un incendio forestal.
Hemos llegado a ver espectadores con mascarillas en los estadios, intentando evitar el respirar esta polución y que se instale en sus pulmones. Si peligroso es para ellos, imaginen para los deportistas que practican ejercicio físico durante un par de horas. Martín Klizan ya ha comentado que no volverá a Pekín hasta que las condiciones del aire no cambien. El eslovaco declaró que no paró de toser y que llegó a vomitar después del partido. Tsonga por su parte, fue tratado de mareos ya que no conseguía respirar el suficiente oxígeno para su cerebro.
¿A qué vamos a esperar para actuar? ¿Tenemos que llegar al extremo de que alguien muera o sufra un serio accidente para su salud para hacer algo? La salud es lo más importante que tenemos y es lo primero que hay que salvaguardar. Entiendo que Beijing y sus organizadores habrán pagado una alta suma de dinero para que el torneo se dispute allí pero visto que las medidas del gobierno chino para evitar tanta polución en el aire no están funcionando, se debería cambiar de sede o construir un estadio a cubierto con aire acondicionado que no perjudique la salud de estos deportistas de primer nivel.
No es ninguna exageración. Esto es real. Las personas que viven en Beijing sufren serios problemas de salud debido a la exposición diaria ante tal contaminación y parece que los siete infartos producidos hace un par de semanas por la maratón no han sido suficientes.
La pregunta que me hago y les extiendo es clara: ¿Piensan que se debería suspender el torneo para los próximos años, a menos que lo cambien de sede o pongan otro recinto? Yo, por mi parte, tengo una respuesta muy clara. Y es que mientras siga prevaleciendo el dinero por encima de la salud, nada cambiará en este mundo.
Lo que de por si es una mancha mas al deporte, ojala las nubes de smog y de intereses dieran paso a otras límpidas y de valor a la vida.
