LONDRES: Un león serbio que marca diferencias con el resto, que mantiene autoridad sobre los otros top ten, cayendo solo con Wawrinka. Y hoy cuando por estas latitudes se festeja el día del padre, festejo con su 3ª corona aquí, 9ª de Grand Slam, estampo esa paternidad que pocos pueden lograr. Y no le gano a cualquiera, no señor venció al más grande de la historia para muchos, el que tiene 7 coronas aquí e iba por su 8ª.
Este domingo Novak Djokovic supero a Roger Federer en la final de Wimbledon: con parciales de 7/6(7-1), 6/7(10-12), 6/4 y 6/3.
Y empecemos por el suizo. A punto de cumplir 34 años, Federer sigue sin encontrar el gran título que recuerde históricamente el excelente nivel tenístico en la fase final de su carrera. La película de Roger en este Wimbledon recordó a la de otros torneos recientes de Grand Slam. “Sir Roger” apabulló, deslumbró y alcanzó la euforia tenística, pero se quedó sin la gloria del campeón.
En líneas generales, Federer no mantuvo la excelencia de su última actuación ante Andy Murray Brillo menos con el primer servicio y su irregularidad desde el fondo de la cancha condicionaron sus opciones de éxito ante Djokovic. Además, durante buena parte de la final, el saque de Novak resultó más determinante que el del propio Roger, que también acusó inconsistencia en las devoluciones, todo esto fue decisivo y de capital importancia.
A ello se añadió la habitual superioridad de Djokovic cuando el partido entra en el terreno físico, cuando los movimientos laterales y los ángulos determinan el ganador de un intercambio. Allí el balcánico también marco diferencias.
El tenista serbio también ejerció de número uno en el aspecto mental. Siempre transmitió seguridad independientemente de la realidad del marcador. Con todo ese panorama la historia de esta final estaba guionada de antemano.
Dos saques abiertos de Djokovic evitaron que Federer ganara la batalla del primer parcial. Roger sufrió un duro golpe. Sus piernas y su raqueta no mostraban la frescura y la alegría de las grandes ocasiones, pero Federer volvía a exhibir carácter de campeón en el 2º tie-break de la final. Viviendo sobre la cornisa, el tenista suizo igualaba la batalla tras levantar 7 puntos de set.
Del otro lado, como sucedió hace un año en el mismo escenario y ante el mismo rival, Djokovic maldecía las oportunidades perdidas, pero su voraz reacción anulaba el cambio de dinámica. Ni siquiera una interrupción de 20 minutos por la lluvia alteró la película del partido. Federer se entonaba con el servicio, pero se diluía en los intercambios.
Entonces no hubo milagro, ni gesta épica, ni una reacción postrera de Roger que comprometiera la gloria de Djokovic. Novak volvió a saborear la hierba de la catedral del tenis como ganador de Wimbledon. El rey actual del tenis acababa con otro sueño de Federer. Dos sets con dominio serbio y la corona que tenía dueño, en realidad no cambiaba de rey, seguía en la cabeza del león serbio.
Así La Catedral vivió la coronación del tenista llamado a grandes logros, que va por la senda del suizo, y que domina el escenario del circuito con una paternidad sobre el resto muy marcada. Todos le rinden pleitesía, hasta su “majestad” Sir Roger.