¡Como cuesta encontrar palabras! Una final inolvidable para recordarla por mucho tiempo. En este contexto el austriaco Dominic Thiem superó al alemán Alexander Zverev de atrás en épica remontada por 2/6, 4/6, 6/4 6/3 7/6 (8-6), que le permitió ser el primero nacido en la década del 90 en ganar un Grand Slam. Pasará el tiempo y seguramente esta final quedará en las páginas más ilustres del tenis. Inicio a todo tren del alemán que jugando perfecto y con un plan perfectamente ejecutado, se adueñó de la cancha central del Arthur Ashe
Mientras Zverev se floreaba, del otro lado Thiem no había llegado a la cita, tal la sombra que deambulaba por la cancha, totalmente desconocida para lo que venía siendo su tenis y presencia. El 6/2 reflejo lo que pasaba en la pista. El austriaco cometió muchos errores no forzados y se enredó en dobles faltas. Para peor en el arranque del 2 set .Zverev volvió a pegar y Thiem nuevamente se encontró cuesta arriba. En contrapartida el alemán se puso 3-1 y llegó a sacar 5-1 para el set, pero no lo cerró y Thiem logró su 1º ruptura que le permitía mantenerse en el set.
De allí en más el austriaco remontó hasta el 4-5, pero no pudo evitar que “Sasha” cerrará el parcial. En la final tan esperada uno se sentía a pasos (Sasha) el otro muy lejos ( Dominic). Pero bien dicen que un partido no se termina hasta la última pelota. En el inicio del 3º set el alemán logra nueva ruptura, cualquier otro estaría muerto pero Thiem estaba lejos de eso, de a poco empezó a remontar, dar lucha y game a game a tener más movilidad, a abrir su manual de tenis y empujar con el alma, el corazón y la vida que le quedaba. Se quedó con el 3º parcial y revivió. El 4º set fue un show de tenis y lucha, sin dar ni pedir tregua. En esa lucha titánica Thiem se quedó con el parcial y forzó el 5º. Y si algo le faltaba al partido llegó en el 5º set, Golpe a golpe el alemán sacó para partido con 5-3, Thiem quebró, a seguir mantuvo para estampar el 5-5, se colocó 6-5 arriba pero no pudo cerrarlo, lo que derivó en muerte súbita.
Allí más suspenso, el austriaco acusa calambre en la pierna derecha pero sigue dando lucha, hasta que consigue el 8-6 dejándose caer en la pista extenuado. Alegría rienda suelta a los nervios en estos tiempos de pandemia, con protocolos y más. Y si algo más le faltaba a la final llegó en la premiación cuando “Sasha” Zverev emocionado lloró al confesar que sus padres no habían viajado por haber dado positivo de Covid 19 . Y Thiem también emocionado no ocultó sus emociones debido a lo que la pandemia ha causado. Como decíamos Zverev tuvo su gran chance, pero se encontró con un Thiem que tuvo “Alma Corazón y Vida”. El tenis agradecido.