¿A qué edad te involucraste en el tenis?
Arranqué a jugar a los cuatro años, me enseñó mi papá en el Andino Tenis Club de Mendoza y desde ese momento nunca paré. A los 15 me vine a vivir a Buenos Aires, me citaron a unos entrenamientos para un sudamericano, quedé seleccionado, me instalé y seguí mi carrera como tenista.
¿Cómo fue tu camino en el profesionalismo? ¿Qué recordas de aquella época?
Primero en Juniors, estuve N° 8 del mundo y fui muy bueno. Participé en muchos torneos, en competencias importantes y viví unas aventuras inolvidables. Después comencé con el profesionalismo, obtuve puntos a los 16 años (alcanzó el puesto 180 del ranking ATP en 2002); siempre jugué, viaje, intente hacer lo mejor que pude y tuve la fortuna de enfrentar a jugadores como David Ferrer, Stan Wawrinka, Juan Viloca, Gustavo Kuerten, todos los argentinos. La verdad que fue una experiencia muy linda.
Y recuerdos te quedan un montón. Jugué interclubes en varios países como Francia, Suiza, Alemania, Italia y eso va haciendo que vos crezcas como persona, que conozcas otras costumbres y gente, te relaciones y aprendas a jugar, a jugar en equipo que es diferente, a estar con otros chicos. También me tocó hacer finales y ganar Challengers. Jugué la entrada a Roland Garros, perdí, fue una vivencia increíble. De todo vas aprendiendo y te va quedando algo. Eso es lo atractivo.
¿Cuándo se gestó lo de ser entrenador y cuál fue tu primera experiencia? ¿Cómo sos como coach?
Como coach arranqué en el 2003, me contrataron de Italia donde estaba trabajando Guillermo Pérez Roldán, que fue mi entrenador durante mi última etapa como jugador. Él me llamó, me ofreció un empleo y comencé a trabajar con ellos en Cerdeña, en el club Giovillage en la ciudad de Olbia. Martín Vassallo entrenada en dicho club, con quien empecé a viajar y que ya lo conocía cuando yo jugaba. Pasamos como seis meses entrenando juntos en Italia y Martín regresó para Argentina, luego me propuso que volviera para hacer pretemporada juntos, acepté y me quedé acá como entrenador. Después del 2003 continué como coach y trabajé con varios jugadores como Mariano Puerta, Gastón Gaudio, Mariano Zabaleta, Sebastián Decoud, Juan Brzezicki, Gustavo Marcaccio, Máximo González, Andrés Molteni, Paula Ormachea.
Yo trato de ser como soy, de dar lo máximo de mí y de ser lo más sincero posible con el jugador. Lo que veo trato de decírselo, de marcárselo de la mejor manera para que al tenista le llegue y le sienta cómodo y lo pueda tratar de cambiar o realizar. Intento de ser lo más directo, creo que es lo mejor, ir con la verdad y mostrar la verdad.
¿Cómo es trabajar entre Juan Ignacio Chela y vos, cómo son sus roles y la planificación de entrenamientos, torneos?
Trabajar con Juan es muy agradable, hace cuatro años que estamos juntos y sinceramente nos complementamos muy bien, tenemos muy buen diálogo. Programamos cada entrenamiento, pretemporada, gira, charlamos los torneos que puede ir cada uno y siempre nos hemos puesto de acuerdo, hablamos todo y nos llevamos excelente. Juan sabe muchísimo y puede transmitir un montón de sus experiencias y yo trato de aportar desde mi lado todo lo que fui aprendiendo y lo que sé de tenis. Felizmente nos ha ido muy bien, llevamos mucho tiempo juntos y ojalá podamos seguir así.
¿Cómo es entrenar a Diego Schwarztman?
Con Diego tenés que estar bien como lo está él, es muy profesional por to tanto vos necesitas comportarte como lo hace Diego o más porque debes estar a la altura de lo que él transmite, pide, quiere y exige. Todos tenemos que “estar”, ser profesionales y estar a la medida de lo él puede rendir. Ha logrado muy buenos resultados y nos toca estar a su lado en este momento, tratamos de disfrutar, trato de disfrutarlo y cometer la menos cantidad de errores posibles así Diego puede aprovechar todo lo que yo le transmito. Dentro del equipo cada uno cumple su función, nosotros tenemos la nuestra con Juan, Martiniano Orazi y su grupo tienen la parte física y Luis D´ Alessandro la faceta de kinesiología.
¿Cuál es el secreto para que sus rivales lo respeten tanto a Diego?
El respeto Diego se lo ganó con resultados, con trabajo, con profesionalismo y demostrando día a día lo que él puede lograr y hacer. Es un tipo que te lucha todos los puntos, que no te regala nada, que está todo el tiempo en el gimnasio, elongando, buscando perfeccionarse, codearse con los mejores y tratando de hacer todo al máximo. La suma de todo eso hace que Diego esté ahí y que los demás lo vean y hasta lo quieran imitar.
¿Cómo son las prácticas de tu pupilo durante un torneo importante, en qué hacen hincapié?
Juan hace su trabajo cuando va a los torneos y yo hago el que me corresponde, y los momentos varían según como este Diego. Hay buenos donde es mucho más simple o fácil entrenar y otros que son más duros o que está con menos confianza, ahí se elaboran diferentes trabajos y se prepara cada semana como creemos que es mejor para Diego en tal ocasión. No hay una determinada manera, vamos buscando la forma para que él este lo más apto.
¿Crees que existe una edad tope de maduración tenística?
No creo que existe una edad tope, hoy por ejemplo tenés a Juan Londero que se acaba de meter y tiene 26 años, la viene luchando desde los 17 años y le tocó madurar un poco más tarde, desarrollarse ahora y ya está en el alto nivel y puede jugar con los más grandes. Tardó un poco más, se dio cuenta de ciertas cosas o vivió otras que tal vez algunos chicos las experimentan entre los 17 y 19. No hay una edad definida, entre los 18, 25 o 26 años cualquiera puede meterse, es trabajo, estar todo el tiempo atento y preparado para jugar en lo más alto.
¿Cómo ves la evolución del tenis en juego, jugadores, superficies, competividad?
Pienso que tenis se ha vuelto mucho más rápido y físico entonces eso te exige a estar siempre 100 puntos físicamente y prepararte bien de tenis para cuando tenés que competir, sabiendo que el de enfrente va estar al máximo, por lo tanto debes estar a la altura, mantenerte y trabajar mucho en eso. Las superficies duras son las que más se utilizan pero igualmente se puede jugar de fondo. Sí los jugadores están tirando muy fuerte, sacando de igual manera y las raquetas hacen que la pelota dispare más. Todos los tenistas se van adaptando y cada uno, depende de la generación que le toque, va tratando de asimilar el momento. Hemos viste un cambio grande porque han subido muchos Juniors, igual los que ya estaban jugando se han adaptados a enfrentar a los jóvenes.
¿Qué recordás de tus pasos por Uruguay?
De Uruguay tengo recuerdos muy lindos, mismo cuando jugaba en Juniors. El Carrasco Lawn Tennis es un lugar impresionante, se siente una tranquilidad competir allí, es un club hermoso, la gente muy cordial y amable. La verdad que las veces que nos tocó ir allá la pasamos muy bien, aparte nos queda muy cómodo a nosotros los argentinos y se nos hacía fácil ir a jugar a Uruguay. Recuerdo que yo paraba en la casa de Alberto Brause, quien era de mi camada, como Sebastián Sosa, Federico Dondo que fue compañero mío en dobles, Gonzalo Rodríguez, tengo muchas memorias del tenis uruguayo, mismo Pablo y Martín Cuevas, con todos tengo muy buena relación. Siempre van a estar presentes esos recuerdos y los momentos que pasé en Uruguay.