Cuando el sorteo determinó que para los “Play Off” de la edición 2022 de la Copa Mundial de Tenis, la Copa Davis, Uruguay debería recibir a Países Bajos en Montevideo muchos pensamos que sería una buena oportunidad de aproximarnos al Grupo Mundial de esta competencia, no por subestimar al equipo rival, sino que en este equipo no figuraban tenistas entre los mejores 100 del mundo, con Pablo Cuevas manteniendo un nivel importante en el circuito ATP Tour y Ariel Behar en su mejor temporada como jugador de dobles estando entre los mejores 50 del mundo, era lógico soñar con una victoria.
Pero el U S Open 2021 empezaba a mostrar otra cara de las distintas realidades de los equipos que deberían enfrentarse en esta etapa de Copa Davis, cuando quedaban sólo tres semanas.
Por un lado Botic Van de Zandschulp lograba una brillante actuación en el U S Open alcanzando los Cuartos de Final derrotando en el camino al argentino Schwartzman (No 14 del mundo) y cayendo en cuatro sets frente al Campeón de este 2021, el ruso Medvedev. Con los puntos logrados Van de Zanschulp llegaba a Uruguay como el No 62 del mundo y con su confianza en el punto más alto. El segundo jugador de Países Bajos , Tallon Griekspoor había logrado en el U S Open una buena victoria ante el alemán Struff y caía en la 2ª ronda frente al No 1 del mundo Djokovic, dejándolo en el puesto 133 del ranking de la ATP. A estos jugadores debíamos sumarle una gran pareja de dobles, Matwe Middelkorp y Wesley Koolhof, 27 y 21 del mundo en la modalidad.
Mientras esto pasaba con el equipo rival, del lado uruguayo empezaban las dudas y los problemas cuando en el mismo torneo del U S Open 2021 vimos a Pablo Cuevas caer en primera ronda sin lograr un buen rendimiento, pero sobre todo verlo moverse con dificultad incluso pidiendo tratamiento médico por problemas en su rodilla. El fantasma de años anteriores sobrevolaba al equipo uruguayo de Copa Davis. Y lo que en principio era una preocupación, cuando lo vimos entrenar los días previos a la serie en Montevideo, pasó a ser un dolor de cabeza porque Pablo no lograba sentirse bien en la cancha, estando por debajo del 50% en su intensidad de trabajo. Sabíamos que sería muy difícil que Pablo Cuevas estuviera en la cancha el sábado 18 cuando la serie daría inicio. A esta situación debíamos sumarle que Ari Behar no llegaba al 100%, porque una molestia en un tobillo también lo hacía entrenar con limitaciones.
Cuando el día viernes el Capitán “Bebe” Pérez nominó como “singlistas” para iniciar la serie a Martín Cuevas y Francisco Llanes, ante la sorpresa de algunos uruguayos presentes y la sorpresa del equipo de Países Bajos, grata, peros sorpresa al fina, la suerte de Uruguay estaba echada, porque sin Pablo Cuevas en cancha las chances eran mínimas. La ausencia de Pablo afectó a propios y extraños, porque mientras la moral del equipo uruguayo caía, la de los visitantes creció.
No parecía justo que después de esperar por 10 meses esta serie de Copa Davis, con ilusión, con esperanza y la certeza de que se vivirían dos días muy especiales, en apenas 3 semanas el destino quiso que para Países Bajos su equipo creciera en base a muy buenos resultados, mientras que para Uruguay aquella ilusión se desvanecía.
En el primer partido del día sábado le tocó a Francisco “Toto” Llanes bailar con la más fea, enfrentando al Botic Van de Zandschulp, un jugador muy sólido en todos sus golpes, sabiendo moverse muy bien en la cancha, cambiando el ritmo de los golpes con mucha eficiencia, y sabiendo atacar y definir en la red, no permitiendo que Llanes pudiera intentar soltar algo de su tenis. Fueron 10 juegos consecutivos de la “maquinita” visitante, hasta que Llanes pudo salir de esa incómoda situación logrando sumar sus primeros juegos. Finalmente fue 6-0 y 6-3 el primer punto para el equipo visitante.
A segunda hora se enfrentaban Martín “Bebu” Cuevas (el menor de los hermanos Cuevas) y Tallon Griekspoor, el No 2 de Países Bajos. En lo previo pensábamos que este partido tendría un desarrollo muy diferente, más equilibrado, porque Martín está más acostumbrado a enfrentar jugadores de ese nivel. Y el partido se dio así, con ambos jugadores jugando nerviosos y cometiendo demasiados errores no forzados, tal vez porque sabían que el partido sería de un resultado incierto y eso genera ansiedad. El primer set fue parejo en aciertos y errores hasta el 4-4 sin quiebres de saque, y fue en ese juego que con el saque del lado uruguayo, aparecieron los errores que le dieron al jugador visitante el quiebre y la oportunidad de llevarse el primer set. No dejó pasar el momento y Griekspoor se llevó ese set por 6-4. Mal inicio de Cuevas cediendo 3 doble faltas con su saque y otro quiebre para el visitante que empezaba ganando el segundo set. Y así fueron ganando sus respectivos juegos de saque hatas que Griekspoor sacó por el partido 5-4. No pudo cerrarlo, errores hasta infantiles le dieron a Uruguay la igualdad en 5, pero otro quiebre de saque dejaban al visitante sacando una vez más por el partido. Tampoco los nervios lo dejaban cerrar y el partido entraba en un “Tie Break” para definirse. Cambiante el tanteador con errores de un lado y otro, hasta que Cuevas se puso 5-3 adelante y saque, haciendo ilusionar al público que podría llevarse el set. 4 errores consecutivos del lado uruguayo le daban a Países Bajos la victoria y colocarse 2 a 0 adelante en la serie.
Tal como habíamos pensado antes del partido que sería con oportunidades de victoria para ambos lados, se confirmó en la cancha, y si algo podemos preguntarnos qué faltó para dejar la serie 1 a 1 en el primer día, en mi modesto entender puedo decir que la diferencia fue la falta de convicción de parte de Martín Cuevas, creo que él mismo no se permitió pensar y sentir que el partido podía ganarlo, habiendo manejado de otra manera esos puntos decisivos que inclinarían la balanza de un lado o del otro.
Con la serie 0-2 y Pablo Cuevas tampoco en el partido de dobles, el Capitán decidió no incluir a Ari Behar (también lesionado) y entraron a la cancha Martín Cuevas e Ignacio Carou, debutante en el equipo de Uruguay de Copa Davis. Los rivales están entre los mejores doblistas del mundo, con varios títulos en sus respectivas carreras, así que Middelkorp y Koolhof eran claros favoritos. Martín e Igancio intentaron desde el inicio del partido plantarse firmes en la cancha, como no dejándose intimidar, pero la experiencia y contundencia de la pareja de Países Bajos no dio oportunidades. Sacan muy bien, con alto porcentaje de primeros saques adentro, se mueven con mucho acople en la red y presionan mucho con sus devoluciones de saque, no permitiendo que sus rivales manejen muchos aciertos ganando puntos.
Del lado de Uruguay podemos decir que tanto Martín como Ignacio mostraron soltura y se animaron por momentos a jugar de igual a igual. Muy suelto Ignacio Carou, pero con el saque de cada jugador se marcaron las diferencias. Sólo Martín logró ganar tres veces el propio, pero Ignacio nunca pudo lograr afirmar su saque, siendo ese su déficit, la potencia y aciertos en el primer saque. Fue un claro 6-2 y 6-1 y con esto se cerraba la serie por 3 a 0 para Países Bajos.
Se jugó un partido más para cumplir con el programa reglamentario de Copa Davis, y nuevamente Ignacio Carou pudo sentir la adrenalina de jugar Copa Davis. Se enfrentó a Robin Haase, ex No 33 del mundo, con soltura y determinación aún cuando en frente tenía 15 años de experiencia en torneos ATP. Fue 6-3 y 6-2 el resultado final del partido dejando la serie 4 a 0 para Países Bajos, pero lo positivo es que Uruguay encuentra otro tenista joven para ir preparando para cuando termine la etapa de los hermanos Cuevas en Copa Davis, los que seguramente seguirán en el equipo algún tiempo más, pero contar con jugadores de 19 a 22 años en el equipo siempre suma.
Como conclusión final podemos decir lo del título, teníamos la esperanza de contar con todo el potencial del equipo uruguayo para esta serie de Copa Davis, esperada con ilusión, pero el destino nos jugó en contra y el resultado que se dio nos dejó con un sabor amargo porque sabíamos que podría haber sido otra la historia…