Serena gritó su 20º Grand Slam y su tercera copa en París

PARIS// Como la película Algo para recordar, una trayectoria que sigue
haciendo historia. Corría  el año 1999 cuando una jovencita norteamericana
lograba su 1º título de Grand Slam dando inicio a una escalada que la llevaría
a lograr cosas muy importantes y ser parte de la historia grande del tenis
femenino. En un circuito con grandes estrellas: Martina Navratilova, 1 y
muchas en dobles  Chris  Evert de Lloyd, 7 8 1974-75-79-80-83-85-86) veces
Steffi Graf 6 veces ( 1987-88, 1993-95-96-1999 ), Arantxa Sánchez Vicario  3 (
1989-1994-98) Justine Henin (2005-06-07) Mónica Seles ( 1990-91-92) y así
otros nombres que incluyen a Ana Ivanovic ( 2008),Kuznetsova ( 2009)
Schiavone 2010, Na-Li 2011,y María Sharapova 2012. La última checa en ganar
aquí fue Hana Mandlklova en 1981. Esa morena, la menor de 2 hermanas,
Venus es mayor, hoy 16 años más tarde logra su 3ª corona aquí, además de
conseguir su Grand Slam nº 20. Siendo la 2ª tenista de la Era Abierta que más
Majors acumula, todavía detrás de la alemana Steffi Graf con 22. Este sábado
gano un partido infartante por su vuelco tan inesperado con parciales de
6/3,6/7, (2-7) ,6/2, a la checa Lucie Safarova.
Buscar explicar el partido resulta casi imposible en términos normales, es
que hubo un comienzo arrollador de Serena, que se puso 6/3 4-1 40-15 con
su saque, a 1 punto del 5-1, pero a partir de allí la checa en su 1ª final lo dio
vuelta, gano 4 games seguidos y se colocó 5-4 arriba, allí Serena logro
mantener el suyo, se alternaron y llego la muerte súbita. Y allí Lucie no dejo
pasar la oportunidad y se quedó con ese tie-break, llevando todo al 3º.Ese
inicio mostro como la checa seguía viento en popa, 2-0 arriba, Daba la
impresión que la historia cambiaria….pero resurgio la morena como el ave
Fenix, empato en 2-2 y paso adelante para encadenar ella 6 games seguidos.
Un repaso a grandes rasgos mostro que desde el primer punto se vieron
claras las intenciones de la número uno del mundo. No estaba para batallar,
quería gastar la menor energía posible y si podía rematar los puntos en dos o
tres tiros, lo iba a hacer. Incluso, en ocasiones, le parecía mucho y decidía
apurar a la pelota desde el primer momento. Saque ganador y punto para la
norteamericana. Primera derecha, un misil y otro punto para su casillero.
Revés paralelo winner  y un nuevo punto. Devolución metida dentro de  la
pista y otro punto más. En ese plan estaba la menor de las hermanas
Williams. No le interesaba ni un solo intercambio largo. No se dejaba
desgastar, ni tenía la intención de hacerlo. Venía la pelota y la deshilachaba a
pura potencia. Colocó 13 winners  en el primer set, conecto 4  aces y ganó el
80% de los puntos con los primeros saques para en apenas 31 minutos
quedarse con el 1º parcial  por 6/3.
En un abrir y cerrar de ojos Serena ya estaba con el marcador a favor ante una
jugadora a la que le había ganado las 8 veces que se habían enfrentado
anteriormente. Para peor pesadilla de la checa, las opciones de Safarova se
agotaban de entrada en el 2º set cuando Serena pegaba un cachetazo en el
primer juego y volvía a romperle el saque. La liquidó en el primer juego
mostrando que su tenis no solo es potencia, sino también saber estar en la
cancha, agarrarse a la pista, remar y jugar al contraataque como ninguna.
Primera opción de break, Serena la materializa y pega un salto como si
hubiera ganado el partido. Brazos en alto, brinco al aire y grito que se
escuchó hasta en la punta de la Torre Eiffel. No era el título, pero casi. El
partido parecía encarrilado.
Si todo iba bien, no había motivo para cambiar el plan de trabajo. El
encuentro, hasta ese momento, no tenía mucha historia. Safarova, que
disputaba su primera final de Grand Slam, se veía atosigada por los misiles
que recibía desde el otro lado de la pista y achicada por el escenario. Serena,
acostumbrada como ninguna otra tenista del circuito a disputar finales de
Grand Slam, lograba otra ruptura de saque y se ponía 4-1 en el marcador. Sin
embargo, con 40-15 llegó un punto que cambió el rumbo del seguno set.
Serena festejó un punto dando saltos de alegría como si el partido estuviera
finiquitado.
Le iba todo tan claro que su mente se imaginó besando la copa, saludando a
la checa y agarrando su trofeo. Se relajó y lo pagó. Dejaron de entrarle los
primeros saques, con el segundo empezaron las dudas y Safarova empezó a
oler algo de nervios en su rival. La checa quebró el saque de la morena,
mantuvo el suyo, volvió a romperle a la norteamericana y finalmente
sostuvo nuevamente para meter una seguidilla de 4 juegos consecutivos y
pasar al frente 5-4. Williams reaccionó pero no pudo evitar la muerte súbita
Aquí, la checa pegó de entrada. Absolutamente metida en el partido y con
Serena desconcertada y errática, sacó ventaja de entrada en el desempate.
La número uno del mundo ya no encontraba tanto los tiros ganadores pero sí
los errores no forzados. Cometió 24 en el segundo set, el equivalente a 6
juegos completos, e increíblemente perdió un set que tenía completamente
controlado y con dos puntos para ponerse 5-1 arriba. Pero no fue así. 7-2 para
Safarova y a sufrir.
Serena que no liquido cuando  debió hacerlo y esto le costó un susto. Lucie,
que venía enfilada y enrachada con su tenis, se adelantó 2-0 en el tercer set
y la tensión se acumulaba en la Philippe Chatrier. Los aficionados no
entendían qué estaba pasando y el nuevo rumbo que había tomado el
partido. Sin embargo, Serena dijo basta. Asumió el papel de número uno del
mundo, empezó a tranquilizarse y a sentir algo más la pelota. Los nervios
hicieron que sus errores no forzados se disparaban (conectó 42 en todo el
partido por 17 de Safarova), pero compensó con los ganadores, 34 por 16 de
la checa. Del 0-2 se pasó, en otro abrir y cerrar de ojos al 6/2 en un acto de
valentía, de trabajo, de sufrimiento y de ejemplo de dominadora del circuito
femenino.
Entonces Serena Williams se llenó de rabia, gritó su Grand Slam número 20 y
escribió su nombre en letras mayúsculas en la historia del tenis femenino. La
número uno del mundo ya mira más de cerca los 22 grandes de Steffi Graf y
el próximo mes, en Wimbledon, puede lograr lo que ella en su día denominó
el «Serena Slam», ganar los cuatro grandes de manera consecutiva. Lo hizo en
Nueva York el año pasado, también en Melbourne en enero y ahora en París.
Siguiente objetivo, Londres y continuar con el reinado del tenis mundial.
Seguro que no abandonara el trono.
En una final para recordar por mucho tiempo, la morena estadounidense
logro su 3ª corona aquí dramática pero a lo “Serena”….es decir a su manera.